Breviarios (II)


I.	Ella

1.	Me preguntas “¿por qué sólo ella
recibe el vuelo de tus palabras
el cántico eterno de tu voz y sus melodías
que se funden en el espacio sin fin?”

2.	Ella, desnuda como Afrodita
o revestida de los atavíos de Paleas
crea un cosmos de sueños alucinantes
y colma la sed de infinitos.

3.	Ella es el estallido
de pétalos de sueños celestes
y la estrella que orienta el viaje
por los siete océanos.

4.	Ella es el alfa,
el arjé del jardín edénico
Ella es la llave de oro
que abre la cerradura de los espíritus tocados.

5.	Ella alumbra con sus ojos de diamante
el camino de los deseos y las esperanzas;
con ella, aroma de primavera eterna, 
todas las distancias desaparecen.

6.	Ella es el sueño atávico
de los deseos más recónditos
que posee un hombre y que
se subliman con su hálito divino.

7.	Sus ojos inspiran un mundo de torbellino áureo,
su voz, presagio de eternidad, acompaña la travesía permanente.
Su mano izquierda se levanta como si fuera a ofrecer ese trozo de cielo, 
con un murmullo de constelaciones insinuantes y sin límites


8.	Ella me devela; su nombre me traspasa
en la profundidad del cuerpo y del alma
 y vivo en llamas desatado, y en el sueño
y la locura de volver siempre a ella.
              



II.	Vuelo infinito


En cualquier dirección
que recorras el espíritu humano
nunca encontrarás sus límites.



III.	Nunca conocí a nadie como tú.


1.	Nunca conocí a nadie como tú
con tanto sol en la mirada
y una mano extendida
convite a ese mundo misterioso
de 7 dimensiones
que ha poblado los sueños de todo tiempo
y que se quiere habitar.

2.	Nunca conocí a nadie como tú
Hilo invisible que entreteje la vida
con un soplo nuevo
y embriaga el corazón
 la mente y el alma.

3.	Nunca conocí a nadie como tú
movimiento telúrico
que estremece los cimientos 
corpóreos hasta las raíces
y desposa el espíritu
hasta tocar el cielo.



IV.	Portal 


1.	Ese ansiado abrazo
que llega inesperado y misterioso
arroba con una hondura que traspasa
cada hebra y pliegue de mi cuerpo
y lo eternizo en el alma

2.	Ese abrazo de pasión cósmica
que siento en toda su extensa calidez
es el portal a nuevas dimensiones
intemporales y sin límites
y se anida en cada partícula
 del cuerpo y del espíritu 
ese íntimo y ardiente deseo
por permanecer aferrado 
a ese vínculo de plenitud consumada.
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