Pensamiento, Diálogos y Reflexiones

Te invitamos a compartir una travesía por el espíritu humano a través de la inspiración, la belleza, el pensamiento y la creación estética.
Si quieres ser parte de esta locura

Nuestra cultura ha producido a través de la inteligencia y el espíritu humano, las mayores grandezas de creación y descubrimientos para la humanidad. Nuestro proyecto tiene como propósito recorrer -junto a cada persona que se incorpore- esa fascinante aventura humana por descubrir su mundo interior y que se conjuga con similar belleza en el universo. Realidad y misterio, sensibilidad y espiritualidad, inspiración y poesía, creación y estética, son algunos de los desafíos que abordaremos con pensamiento crítico, reflexiones y diálogos, en columnas, artículos, ensayos, poemas, canciones, textos, traducciones, entrevistas, audios y videos.

Aprenderemos juntos del espíritu humano en esa melodía permanente por atravesar mares y horizontes, y tocar el cielo. Rozaremos de algún modo la felicidad, el amor y la grandeza, porque está en el aire, en la lluvia que golpea el cristal de una ventana, en las hojas que lleva el viento; en los libros, en el alma, en los niños y en el universo…

¿Por qué filosofía o poesía?

Nuestra cultura desde hace 27 siglos fue capaz de pasar del asombro a la pregunta y de ésta a la reflexión y al diálogo, y de allí a la filosofía y a las ciencias. No hubiera sido posible sin los mitos, la historia, la literatura y su expresión en la lírica y en la tragedia griegas. Esa ruta marcada en los inicios, permite hasta hoy el desarrollo del pensamiento humano y la posibilidad de explorar todo su  mundo interior como el universo en que habita.

La dinámica actual de las comunicaciones y los adelantos tecnológicos, nos permiten compartir el asombro por explorar juntos todas las posibilidades de descubrimiento del ser humano y su mundo circundante.


Última entrada del Blog

Una odisea contemporánea.

Por Javiera Carrillo Ermann.

La previa que le daría un vuelco a mi vida.

Voy a contar mi pasión por viajar y cómo sin darme cuenta se convirtió en mi estilo de vida que tanto ilumina y me hace sentir la persona más feliz y afortunada del universo. La curiosidad -y el asombro- por conocer lugares nuevos y vivir experiencias y aventuras me hacen sentir viva y disfrutar del presente; eso es lo que me llama a salir de mi zona de confort y ponerme en estas situaciones de éxtasis sin miedo por “comerme el mundo”.

Desde que cumplí la mayoría de edad he trabajado de mesera en diferentes lugares y todo lo ahorrado lo usaba para viajar durante mis vacaciones universitarias de verano e invierno. Además, tuve la suerte de rodearme de amigos -y novio- que tenían los mismos gustos, por lo que nos potenciábamos y cada vez que teníamos vacaciones nos “mandábamos a cambiar”; nos poníamos las mochilas con todo lo necesario para sobrevivir por nuestra cuenta, nos parábamos en la carretera y hacíamos dedo… … Así recorrimos todo el sur hasta Chaitén; fuimos a Cochamó, al Parque Nacional Pumalín, Nahuelbuta, Hornopirén, Shangri-Lá, Chiloé, Villarrica…

Acampamos en diferentes parques, playas, ríos, lagunas, hasta carreteras y plazas. Caminamos horas y muchos kilómetros con nuestras mochilas en la espalda; subimos volcanes, llegamos a miradores -que te dejan sin aliento por su belleza- ahí te das cuenta de que todo el esfuerzo estaba pagado y, ¡qué mejor que rodeado de amigos! Hacíamos una comunidad hermosa. Tengo que dar las gracias por toparme con gente tan linda; gente que me enseñó a ser aventurera y cuidar del compañero o amigo de al lado. También con mi novio -de ese entonces- hicimos viajes hermosos como el realizado al Perú, “mochileando” hasta Arica y desde ahí en buses, visitamos Cuzco, Machupichu, La Ceja de Selva, Lima; un mes duró el viaje. También fuimos a San Pedro de Atacama pasando al desierto de Uyuni en Bolivia, un sueño. Posteriormente nos dirigimos a Uruguay. Para ese entonces el viaje para mí era una obsesión. Tanto así que hice un viaje sola, porque el hecho de no tener un compañero no me frena a seguir conociendo y, en este caso fueron las Torres del Paine. Me compré los vuelos en el “ciber sale” y me fui una semana a caminar por el parque nacional más lindo que he visto en mi vida. Nueva Zelanda -donde estuve 6 meses- de seguro está celosa de tan imponente belleza; como decimos en Chile “no le llega ni a los talones”.

Debo decir que cada vez que se venían vacaciones mi mejor panorama era planificar a dónde iríamos y qué lugares conoceríamos. Me fascina hacer el itinerario, ver cómo llegar a los lugares cuáles son las opciones de hospedaje, comida, trekings etc. Pero, nunca con un plan rígido, siempre abiertos a ir con el “Flow” al tope e ir tomando decisiones en el camino; y siempre al menor costo. Si me preguntan, soy cero lujos y 100% aventura. Con contarles que una vez me fui de “mochileo” por 15 días al sur con solo 38mil pesos; estaba recién llegando de vacaciones familiares, no le podía pedir dinero a mis papás y la opción de perderme ese viaje con mis amigos que partían en unos días era nula.

Y ni hablar de la cultura de viaje que me traspasó mi mamá. Cada vez que podía nos llevaba de viaje con mis cuatro hermanos y papá. Desde Concepción Íbamos a la nieve, a las termas, a Viña del Mar, Santiago, Pucón etc. Siempre en auto y bien aperados de cocaví y lo necesario para hacer grato el camino. Recuerdo largas horas en la carretera, algunas eran muy entretenidas y otras no tanto, parando en los “Prontos Copec”, comiendo pan de molde con pasta de huevo y otros con pollo, leche en la caja y galletitas. Amaba esa sensación de viajar por carretera con mi familia, aún me gusta. Como pueden apreciar mi pasión y convicción por el viaje es total.

El año 2017 hice mi práctica profesional, era lo último que me faltaba para titularme de Ingeniera Civil Industrial; estuve tres meses trabajando en el departamento de Análisis de Planificación e Inteligencia de Negocios de Sony Chile en Santiago. Fueron tres meses increíbles -profesionalmente hablando- donde me desempeñé con distinción y me validaron como profesional ofreciéndome un puesto de trabajo fijo. Pero algo había en mi interior que me hacía no sentirme comprometida; sentía que no era lo que realmente me haría feliz, hasta mi cuerpo se sentía adolorido por estar tantas horas sentadas frente a un computador, no me entraba en la cabeza que eso fuera lo que se vendría para mi vida los siguientes años.

En uno de esos fines de semanas viajo de la capital a Concepción y me junto con mi mejor amiga, Bárbara; nos fuimos a tomar unas “chelas” a la plaza Perú y nos pusimos al día porque no nos veíamos hacía ya muchos meses. Y ahí ella salió con la noticia de que en una semana iba a dar la prueba de inglés TOEFL porque iba a postular a la Visa Working Holiday de Australia. Y yo no lo dude ni UN segundo y le dije que me dijera todo lo que debía hacer porque yo me iba con ella. Y así extasiadas empezamos a soñar con nuestro viaje de un año a Australia celebrando con una jarra de “borgoña”. Y aquí es cuando le doy las gracias más grande de la vida a mi amiga Bárbara, porque ella fue la que me impulsó a llevar el viaje a otro nivel. Era otro continente, al otro lado del mundo, otro idioma. Pero juntas éramos invencibles.

Luego se venía la etapa de contarle a mi mamá y a mi novio -en ese momento mis dos pilares fundamentales de mi vida- este plan aparentemente tan “tirado de las mechas” que se me había metido en la cabeza de un día para otro. Si bien se mostraron un poco reacios y dudosos de que lo podría llegar a lograr, me vieron tan convencida y plantada con la idea que no les quedó otra que apoyarme y desearme lo mejor.

Terminé mi práctica profesional y rechacé aquel puesto de trabajo que me ofrecían porque me iría a Australia; tenía que ponerme a estudiar inglés para dar la prueba, Finalizada la práctica, me fui a vivir con la familia de mi tía Maggito en Viña del Mar. Tiene un esposo y dos hijos pequeños y venían llegando de vivir 5 años en EEUU, todos hablan inglés a la perfección, era mi mejor oportunidad. Estuve un mes con ellos, yo enfocada 100% a estudiar el TOEFL. Tenía un horario muy riguroso de estudio, todos los días 8 horas con breaks para comer y descansar; los fines de semanas tenía un descanso mayor.

Para postular a la visa working holiday de Australia piden demostrar tu nivel de inglés con distintas opciones, puedes dar distintas pruebas de inglés como el TOEFL o IELTS, o si fuiste a un colegio ingles puedes mostrar los certificados y así distintas opciones. Mi opción fue el TOEFL que es un inglés para estudiantes. Para dar la prueba tienes que entrar al sitio web oficial y reservar una fecha; es presencial, la puedes dar en distintos centros certificados por el TOEFL a lo largo de Chile y es lo más complicado porque nunca hay muchas fechas disponibles a corto plazo. En el momento que entré a reservar mi hora, la fecha más cercana era en mes y medio más en Rancagua, en estos momentos la fecha más cercana es el 4 de noviembre 2022 en Valparaíso.

Tuve la suerte que cuando yo estaba cursando la enseñanza media mis papás me inscribieron en el Instituto Británico; durante 4 años tuve clases de inglés dos veces por semana. Pero yo lo tomaba como una responsabilidad más dentro de mis deberes, nunca me gustó el inglés, era reacia a él, me costaba mucho, casi nivel trauma. Yo siempre decía que no sabía ingles incluso después de terminar los cuatro años de estudio en el Instituto. Pero, aunque me negara, mi inconsciente había aprendido las bases del inglés. Cuento esto para que se sepa cuáles fueron mis oportunidades, pero no es para nada una barrera ni desventaja para quienes no tuvieron esta herramienta.

Y ahí estaba, estudiando para la prueba, todo de Google y YouTube, muy autodidacta con una estrategia muy clara, no había que estudiar inglés había que estudiar LA PRUEBA. Esa es la clave para obtener el puntaje necesario para aplicar a esta visa. El cual es muy bajo, el puntaje total del TOEFL son 120 puntos y Migraciones Australiana te pide tan solo 32 puntos para postular a la Visa Working Holiday. Entonces solo me enfoqué en estudiar cómo era la prueba en cada una de sus partes (escritura, lectura, escucha y habla) y cuál era el criterio para la entrega de puntaje, así fortalecí mis pros e hice estrategias para sacar más puntajes en mis partes más débiles. Como por ejemplo aprenderme de memoria un listado de conectores en ingles avanzado y obligarme a usarlos fuera cual fuese el tema del que me pidieran escribir. Así demostraría mayor nivel de inglés, aunque en verdad no lo dominara.

La idea principal de mi amiga Bárbara -antes de que yo me sumara al viaje- era contratar a una agencia para que la asistieran en el trámite de la visa, en la búsqueda de trabajo en Australia y le ofrecían estadía en un hostal los primeros días hasta que encontrara una renta a largo plazo. Las agencias cobran alrededor de un millón de pesos por esta asesoría, una brutalidad, pero como al principio ella se estaba yendo sola, irse a través de una agencia le daba seguridad. Ahora que éramos dos, tomamos coraje y unimos fuerzas para hacer todos los trámites por nuestra cuenta, que en verdad no es nada del otro mundo; la página de migraciones es bastante clara en qué y cómo hacer para postular a la visa. Después teníamos amigos que ya estaban allá por lo que contábamos con una red de contacto para buscar hospedaje, también hay muchos grupos en Facebook de viajeros que se ayudan entre todos. Y para buscar trabajo solo se necesita no ser perezoso y salir a tocar puertas y moverse por redes sociales.

Otros trámites necesarios fueron sacar mi pasaporte, en ese momento estaba cerca de los 90 mil pesos, hoy tiene un costo de 70mil pesos. La prueba del TOEFL me costó 100 dólares, ahora está en 250 dólares. También me compré un seguro médico de un año que cubría hasta 60mil dólares con Assist Card (recomendado), en ese momento me costó 630mil pesos hoy está a 770mil pesos. Luego, para el vuelo Santiago-Sydney nos enteramos de que la aerolínea Qantas tenía descuento para personas con la visa working holiday haciendo la compra vía telefónica; nos salió menos de 500 dólares, una ¡¡¡gangaaaa!!! Ahora el precio oscila entre el millón y millón y medio de pesos. Y te recomiendan ir con un millón y medio de pesos en el bolsillo para vivir el primer mes.

Y ya todo listo; así fue como el 14 mayo del 2018 tomamos el vuelo con la Bárbara y nos fuimos a Sydney, Australia, a vivir la experiencia más loca de nuestras vidas, que para mí se han convertido en 4 años no stop de viajes por distintos países. Gracias a ese impulso he viajado por Australia, Indonesia, Philipinas, Vietnam, Cambodia, Thailandia, Malasya, La India, Nueva Zelanda, Mexico y EEUU.

Airlie Beach

Y puedo decir que, AMO MI ESTILO DE VIDA. Doy gracias a todas las experiencias vividas que han ayudado en mi crecimiento personal, profundamente. Ahora me conozco cada vez más, sé qué es lo que me hace bien, quiénes son el tipo de personas que quiero mantener a mi alrededor, conozco el mundo y sus oportunidades y cada vez voy con más fuerzas y más ganas. Me siento poderosa, feliz, radiante. Siento que el mundo está a mis pies y que puedo lograr lo que quiera en la vida. Siento que estoy cada vez más cerca del fin mismo de esta vida, que es el conocerse a uno mismo y por lo mismo conocer a los demás.

Byron Bay

Y en unos meses más me vuelvo a Australia a seguir con esta aventura. Feliz de haber vuelto a Chile por unos meses y recargarme de energía familiar y de amigos, muy necesario después de tantos años fuera.

Esto que cuento es sólo la previa de la aventura humana por viajar y para que sirviera de introducción o presentación de la “Odisea” o travesía que vivo permanentemente. Por cierto, me dispongo a contar qué es lo que he hecho en cada país y cómo se me han dado las oportunidades para hacerme camino. Espero que mis experiencias puedan servir de referencia a otras personas para que pierdan el miedo del horizonte y sigan sus instintos y sus convicciones. Continuaremos comunicándonos por esta vía que es una forma de recrear mis viajes y volverlos a vivir.

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